Los trabajadores afroestadounidenses, los que carecen de una licenciatura y quienes tienen padres con menos que el ingreso medio, registran más probabilidades de sufrir un desplazamiento laboral en un año determinado, asegura un análisis de la Reserva Federal de Chicago.
En el “Informe de políticas: Los altos y duraderos costos del desplazamiento laboral”, el área de investigación del banco central de Estados Unidos establece que, en general, “los trabajadores que son desplazados registran un gran efecto negativo de largo plazo en sus ingresos”.
El reporte, firmado por los especialistas Kristin F. Butcher, vicepresidenta de la Fed Chicago y directora de investigación microeconómica, y Ariel Gelrud Shiro, investigador asociado de la Universidad de Yale, destaca que millones de estadounidenses pierden cada año lo que antes parecían empleos estables.
Estos desplazamientos se deben a diversos factores que incluyen cambios tecnológicos, cierres de empresas o plantas, alteraciones en los patrones comerciales y despidos masivos. “Según múltiples estudios, estos desplazamientos laborales tienen profundos impactos en los trabajadores afectados”, dicen.
Ambos definen el desplazamiento laboral como la pérdida involuntaria de empleo por razones distintas al desempeño. “Perder un trabajo duele, inmediatamente y en el largo plazo, y reduce las perspectivas financieras de un trabajador en un largo plazo de toda la vida”, precisa Butcher.
Una distribución desequilibrada del desplazamiento de empleo puede impulsar las desigualdades entre los grupos demográficos y socioeconómicos y contribuir a la disminución de la movilidad económica entre generaciones. La sociedad en general también puede pagar un precio significativo.
Los efectos del desplazamiento son elevados en todos los ámbitos. En el primer año después de ser desplazados, los trabajadores experimentan una caída dramática en sus ingresos, del orden del 60%, en relación con su nivel previo al desplazamiento.
Este impacto persiste diez años después de ser desplazados, con ingresos para los trabajadores que todavía son un 25% más bajos que las percepciones salariales de trabajadores no desplazados, quienes a su vez experimentan un crecimiento constante de sus ingresos a lo largo del tiempo.
El análisis de la Fed Chicago muestra que el efecto persistente y a largo plazo de un desplazamiento laboral sobre los ingresos anuales se debe a que los trabajadores desplazados encuentran empleos peor remunerados después del desplazamiento, en lugar de trabajar menos.
En un año determinado, los trabajadores afros y los que carecen de un título de licenciatura tienen un 67% más de probabilidades de sufrir un desplazamiento laboral que sus pares blancos o con título. Mientras que entre quienes tienen padres con ingresos inferiores las probabilidades de ser desplazados son de 27% frente a aquellos con padres con ingresos superiores.
“Si bien la cantidad de empleos en los Estados Unidos se ha recuperado a los niveles anteriores a la recesión de COVID, muchos de los trabajadores desplazados en 2020 probablemente seguirán sintiendo los efectos negativos de su desplazamiento laboral en los años venideros”, asegura el reporte.